Ayer mismo acabé de leer, por segunda vez, ese fantástico libro autobiográfico llamado Cosas que los nietos deberían saber, y me he vuelto a emocionar como un auténtico gilipollas.
Creo que hay una línea clara que diferencia a los artistas de verdad, los que llevan el arte y la sensibilidad en la sangre, de los estafadores que nos venden humo para vivir del cuento.
Mark es uno de esos personajes irrepetibles y nunca le podré agradecer lo suficiente a uno de mis hermanos el recomendarme este libro.
"Hubo un tiempo en que salí con la hija de un orólogo suicida. Todo iba muy bien hasta que una noche le canté una canción.
-Me gusta tu voz -me dijo- pero a veces cantas como un negro.
Y a veces llegas a momentos críticos a lo largo de tu vida en los que te das cuenta de que la persona con la que has estado paseando en coche, cenando y acostándote no es ni muchísimo menos la persona adecuada para ti. Para mí aquel fue uno de esos momentos. Dos cosas me pasaron inmediatamente por la cabeza:
1) Eres una persona repugnante e imbécil y no sabes las ganas que tengo de no volver a verte.
Y 2) ¡Gracias!
No pude evitar sentirme bien tras el comentario de aquella racista sureña, porque con toda su ignorancia y grosería me había dado a entender que musicalmente iba por el buen camino."
Puede que no sea el mejor escritor del mundo (él mismo se excusa por ello) pero, joder, me encanta este libro.
[19/06/2016]