Vivo en un callejón rodeado de plástico, desperdicios, suciedad, mugre que los humanos olvidan y que la lluvia trata de borrar sin saber que solo consigue que el hedor se transforme en un insecto que utiliza los huesos como nido.
Desde mi rincón veo hombres vestidos de azul, focos que ciegan como soles en miniatura, cintas de plástico que marcan una especie de territorio que nadie puede traspasar. Y también tengo la capacidad de sentir cosas; daño, nervios, insomnio, frustración, mandíbulas apretadas para evitar que las lágrimas hagan pensar en que todo está perdido, en que la poca esperanza que anidaba en nuestro interior se ha astillado como un puño reventando el espejo que comete el pecado de mostrarnos desnudos, mancillados, llenos de cicatrices, reales como monstruos.
A unos metros de mí descansa un cuerpo roto, retorcido en una posición imposible, con ojos que duelen mirar pues son un agujero negro, con sangre reseca entre las piernas.
Puedo calcular el grado de daño y, al hacerlo, mis tripas se pliegan creando un nudo que es el grito ahogado por una mano llena de trampas.
Es muy probable que no tenga ni 13 años de vida.
Ahora uno de los seres de azul me levanta del suelo con mucho cuidado. Me tratan bien y sé que me van a cuidar.
Y creo que ya va siendo hora de que me presente. No soy la cena que alguien ha preparado con todo su amor para tí y que no supiste valorar. No soy ese abrazo al que no has dado importancia en el momento exacto pues el mundo no se acababa ese día. Soy el carnet de identidad del ogro que arrastró la pureza a su madriguera para corromperla con agujas y cuchillas. Soy la prueba del delito. Y, cuando todo termine, sé que me van a encerrar en una estantería oscura a la que llaman "casos resueltos" y allí agonizaré de soledad. Pero, tras tantos años atrapado en el bolsillo de un bastardo con piel humana, creo que no tendré malos sueños y, aunque no sea más que un objeto de plástico, creo que el día de mañana amanecerá más limpio.
No os preocupéis por mí. No se está tan mal en este almacén. Y mi soledad puede que acabe purgando todo el dolor que he visto y sentido y que nunca pude evitar.
(Una maraña enredada de cuentos, música, libros, cómics y algún que otro esqueleto)
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domingo, 31 de mayo de 2015
Astillas
Relatos, Hablemos de música, Libros, Cómics,
Relatos
domingo, 10 de mayo de 2015
Spaced [Guión: Simon Pegg & Jessica Hynes; Dirección: Edgar Wright][1999-2001]
Puede que suene muy exagerado decir
que ésta serie es lo más grande que ha parido la televisión moderna y,
por eso mismo, no lo voy a decir. Pero si que me da la real gana de
comentar que, en muy contadas ocasiones, he logrado un vínculo tan
grande y cariñoso con unos "simples" personajes de ficción. Y en más de
una ocasión se me ha venido a la cabeza que esta historia es el reverso
ácido de unos locos londinenses a esa estupidez para pijos, que tanto
éxito tuvo en su momento, llamada Friends.
El breve argumento
es el siguiente: Tim Bisley (Simon Pegg, escritor de la serie y autor de
la película sobre zombies más desternillante que existe, Shaun of the
dead) es un dibujante de cómics que nunca ha logrado publicar y que
acaba de romper con su novia. El prototipo de friki fanático de Star
Wars, que se masturba pensando en la protagonista de Expediente-X y que
puede tirarse noches enteras a los mandos de una consola de
video-juegos. Daisy Steiner (Jessica Hynes, co-guionista) es una chica
en paro que sueña con ser escritora y que siempre busca mil excusas para
no enfrentarse al papel en blanco. Se conocen en un bar mientras ella
busca piso y deciden hacerse pasar por novios para acceder a una
vivienda solo apta para parejas estables. Se inventan una vida en común,
consiguen el piso y, a partir de ahí, comienza una serie de situaciones
abracadabrantes que se expanden de una forma tan creativa, divertida y
surrealista, que han hecho que caiga rendido a los pies de esta pequeña y
enorme serie de 14 capítulos de forma incondicional.
Relatos, Hablemos de música, Libros, Cómics,
Cosas construidas con fotogramas
domingo, 3 de mayo de 2015
Baco [Eddie Campbell][1986-1999]
Si alguna extraña duda me
cabía de que Eddie Campbell es uno de los más grandes narradores
gráficos de todos los tiempos, se ha despejado al leer el primer volúmen
que recopila su impresionante cómic titulado Baco.
Para mí
una inmensa obra, tan brutal como un río desbocado, que mezcla la
mitología griega con la modernidad para hablarnos de tantas cosas que, a
ratos, no queda más remedio, puerto o asidero, que pararse a
reflexionar. Sobre todo a los que sentimos esa pulsión insana de contar
historias y de expresarnos.
Relatos, Hablemos de música, Libros, Cómics,
Cómics
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